La historia trata de dos niños gemelos: Pinín y Rosa, que junto con la Cordera y su padre: Antón de Chinta, viven en el prado Somonte y van descubriendo de modos diferentes el progreso a su alrededor representado por el tren y por el poste de telégrafo. Los niños cuando ven pasar el tren por primera vez se entusiasman, en cambio, la Cordera se pone nerviosa. Cuando pasa un tiempo, los niños y la Cordera, casi ni notan su presencia. Por otra parte el padre de los chicos, no quiere vender a la Cordera, porque ésta era como una madre o una abuela para sus hijos, al haber muerto su mujer hace algún tiempo. Un hombre le ofreció más de lo que pedía pero él se negó a venderla. Al final, cuando el casero vino a visitarle y al darse cuenta de cual era su estado económico decide vender a la Cordera a un precio más bajo. Los niños al saber la noticia se pusieron muy tristes y cuando vieron pasar el tren con el ganado se despidieron de la Cordera, sabiendo que la iban ha llevar al matadero. Ya cuando son mayores, Pinín tiene que ir a la guerra y se repite la despedida: Rosa se despide de su hermano y lo vuelve a hacer con la Cordera, comparando a los soldados y a las vacas que los llevan al matadero.